Las Festes de Primavera de Palafrugell, el Carroussel Costa Brava o Carnaval de Carnavals, no son simplemente unas fiestas más: son una tradición que nació como un susurro de rebeldía y se convirtió en una explosión de creatividad colectiva. Estas celebraciones tienen su origen en 1963, cuando el carnaval estaba prohibido, y un grupo de jóvenes no quiso renunciar a sus disfraces ni al deseo de desfilar.
Hoy, el Carroussel es la columna vertebral de estas fiestas: un desfile de carrozas y comparsas que en verano recorre las calles del casco antiguo como un carnaval de carnavales.
Más allá de la estética, estas fiestas son una forma de comunidad: durante meses, las collas (las agrupaciones que construyen las carrozas y comparsas) trabajan con pasión. Se ensaya, se pinta, se planifica, se maquilla; y luego todo eso, esa ilusión, ese ingenio, se exhibe en una tarde llena de magia y color.
El Carroussel ha sido declarado Element Festiu Tradicional d’Interès Nacional, lo que refuerza su valor no solo local, sino como parte del patrimonio festivo catalán.
En mi papel de presentadora para Ràdio Palafrugell y también para las retransmisiones por redes como YouTube o Instagram, he tenido la suerte de vivir de cerca cuatro ediciones especialmente significativas: las de los años conmemorativos 60, 61, 62 y 63. A continuación comparto un recorrido personal y narrativo por cada una.
1. La 60.ª edición (la primera que presenté)

Junto a Ferran Castelló y David Galcerán
La 60.ª edición fue todo un punto de inflexión: llegó después de un silencio forzado, de dos años sin Carroussel a causa de la pandemia, y por eso su carga simbólica era enorme. La presentación oficial tuvo lugar con una cena popular que reunió a más de 250 personas en l’espai de la Bòbila, un momento íntimo pero lleno de expectativa.
Para homenajear la historia del Carroussel, se creó un espectáculo titulado “La Màquina del Temps”, un viaje divertido y nostálgico por las décadas, recordando a todas las collas que han mantenido viva esta tradición. Además, ese año se unió un guiño artístico antiguo-nuevo: el mural del artista Roc Blackblock en Palafrugell, que aporta memoria visual al paisaje urbano.
En la pasarela de ese domingo 5 de junio de 2022 desfilaron 25 collas, repartidas en diferentes categorías: carrozas inéditas, comparsas inéditas, carrozas no inéditas, animación… entre las inéditas había colles locales que se habían preparado con muchas ganas.
Presentarlo fue para mí un privilegio: no solo por celebrar el sesenta aniversario, sino porque sentí que retomábamos algo que no podíamos dar ya por sentado. En la emisora, en antena, mi voz recogía la alegría contenida de un pueblo que había esperado y ahora volvía a volcarse con fuerza en sus fiestas.

2. La 61.ª edición
Al año siguiente, la 61.ª edición se vivió con una energía renovada. El escenario ya no era solo la historia: era también la proyección hacia el futuro. En mayo de 2023 se presentó durante una gran cena en la Bòbila (esta vez con unos 400 asistentes) donde no faltaron las risas, los abrazos y la emoción por retomar la cotidianeidad festiva.
El acto de presentación incluyó un espectáculo luminiscente y musical llamado “La teva cara em sona”, que dio pistas sobre la creatividad que veríamos desfilando. Esa mezcla de nostalgia y frescura, de mirar atrás y adelante al mismo tiempo, fue el tono dominante.
En el desfile del 4 de junio de 2023 también participaron 14 collas, repartidas entre las distintas categorías: inéditas, no inéditas, comparsas, animación… Algunas comparsas venían de fuera, pero el espíritu local seguía muy vivo.
Como presentadora, esa edición fue especialmente emocionante: estrenaba una familiaridad con la fiesta, pero añadimos la parte audiovisual. Fue un Carroussel vibrante, que puedes ver en este enlace:
3. La 62.ª edición
La 62.ª edición, celebrada el 2 de junio de 2024, presentó algunas novedades de base formal: según las bases del concurso, el jurado valoró con cuidado técnico diferentes aspectos: originalidad, acabados, espectáculo, maquillaje, caracterización…, y también había una partida económica interesante para los premios.
Esa tarde, como presentadora, noté que la gente era más consciente del valor patrimonial del Carroussel: ya no era sólo fiesta popular, sino algo que muchos consideraban parte de la identidad cultural de Palafrugell. Además, la organización local había aumentado la profesionalidad en los discursos, en la producción, en la comunicación.
Hubo también un crecimiento visible en la calidad de las carrozas y comparsas: el trabajo artesanal todavía más refinado, los materiales, la construcción, el vestuario, y eso se notaba tanto en el escenario como en las calles. En mi locución por la radio, intenté subrayar ese esfuerzo: hablar no sólo de la belleza plástica, sino del proceso, del equipo humano detrás de cada esfera, cada figura, cada coreografía.
4. La 63.ª edición
Y llegamos a la 63.ª edición, celebrada el 1 de junio de 2025. Esta fue una edición para consolidar lo vivido y abrir nuevos horizontes, una mezcla de tradición arraigada y ganas de innovar.
En esta ocasión participaron 25 collas, lo cual confirma la vitalidad del Carroussel. La gran ganadora fue la Colla Garnatxa con su propuesta “Khay Shaa, la tempesta del desert”, que se llevó el primer premio de carrozas inéditas y también el Trofeu Carnaval de Carnavals, un reconocimiento honorífico que significa mucho para quienes construyen con el alma.
Por otro lado, en la comparsa inèdita, The Queens brillaron con “La petrificació de Medusa”, un tema que combinó la mitología con la teatralidad y les valió no solo el premio principal sino varios accésits.
Como presentadora, en esta edición, quise que mi voz hiciera de puente entre la emoción y el esfuerzo de quienes han trabajado durante meses, y la sonrisa del público cuando las carrozas pasan, o al final, cuando se plantan para exhibirse.
Contar estas cuatro ediciones desde dentro —60, 61, 62 y 63— ha sido para mí algo más que un trabajo: ha sido un viaje emocional. He visto cómo el Carroussel se reinventa sin perder su esencia, cómo las collas siguen soñando con crear mundos efímeros sobre plataformas móviles, cómo el pueblo se llena de color, música y complicidad.
Y mientras escribo esto, pienso en las futuras ediciones: en los temas, en los diseños, en las historias que aún están por venir. Porque si algo me ha quedado claro, es que las Festes de Primavera no viven sólo de su pasado: viven para seguir celebrando cada año, con la misma ilusión que cuando aquellos jóvenes decidieron lucir sus disfraces y desafiar la prohibición.