Cansada de ser políticamente correcta
¿Sabes esas personas que aprovechan los dos besos para girar la cara más de la cuenta, y estamparte medio beso en la boca?
Pues todavía existen.
Normalmente es un “amigo” o supuesto amigo, diría yo. O el novio de tu amiga, de tu prima, de tu hermana. Y pasa todo tan rápido, que no tienes margen de reacción. Con eso juegan, de hecho. A ese juego perverso es al que te arrastran, al de la confusión y el disimulo y el que no digas nada porque ha sido un accidente fortuito, y si dices algo nos sentiremos incómodos los dos….
Qué asco, tío!
Y no es que yo sea muy sensible, tenga la piel muy fina, o le esté dando importancia a cosas que en realidad no son tan importantes, NO.
¿Quién tiene el problema?: ¿el que tiene la mente perversa, o yo que “soy muy sensible”?
Me siento asqueada, pero ya no me siento ofendida, pues me pareces un decadente ser humano, muy ridículo y pobre, teniendo que llegar al punto de relacionarte así con el mundo, con las personas, con las mujeres. Desde la trampa, el engaño y el disimulo. Es tu vida. Decide tú cómo vivirla. Pero a mí no me metas en ella. Ni por accidente.