Al pasar la barca, me dijo el barquero:
“Las niñas bonitas, no pagan dinero”
Yo no soy bonita, ni lo quiero ser.
Pago dinerito, como otra mujer.
Esta cancioncilla de la infancia, ha venido a mi mente después de una experiencia más o menos similar a la que se describe en la letra de la canción.
Normalmente las canciones infantiles “tradicionales” expresan códigos morales que hoy en día dejan mucho que desear. Hay que entender el contexto, sí, pero a veces se siguen repitiendo y enseñando a las nuevas generaciones, sin tener presente lo que se está enseñando.
Como profe de música en la etapa infantil, (durante algunos años), he procurado tener estas cosas muy presentes, ya que lo que enseñamos a las niñas y niños en esta etapa, queda en su subconsciente, de una manera u otra. Muestra de ello es que a mí me haya venido a la cabeza esta canción que cantábamos al saltar a la comba.
Entonces se me ha ocurrido analizar la letra, y he pasado a ver un paralelismo con algunas situaciones de la vida actual, en las que se cobra menos a las chicas, o se les dan preferencias o accesos, según su aspecto.
Si no se frena, esto continuará pasando, porque “si a mi me lo ofrecen gratis, ¿porqué tengo que rechazarlo?” espetan algunas. Pues por sororidad con tus otras compañeras, por ejemplo. Por respeto hacia ti misma y a que no te sexualicen o te traten como un objeto de intercambio o “algo bonito que mirar”, y podría encontrar un sin número de razones más, pero creo que con éstas, queda baste ilustrado.
Deja ya lo de guapa, y trátame como a una persona, sin que mi aspecto condicione qué consideras tú que “merezco”.